El equipo de Biggeri goleó a Independiente Rivadavia 3 a 0, y se afianza en los primeros lugares de la tabla.
Comentario de Jonatan Gramuglia.
ijiji dirían los redondos, apareció el Chacarita que todos queremos. El intenso, molesto, firme y goleador equipo de Biggeri suma su tercer victoria al hilo y, sobre todo, de una forma que ilusiona.
Mantuvo el 11 que venia de sufrir y ser efectivo en el departamento de Maipú y en Villa Maipú logró mostrar que no solo sabe sufrir sino que también sabe jugar y bien al fútbol.
Realmente salvo por tramos pero muy precisos del juego en donde optó por replegarse y darle la pelota la lepra mendocina, EL FUNEBRERO FUE AMPLIAMENTE DOMINADOR. Cuando Gustavo Hoyo me preguntaba en la previa «¿Qué partido te imaginas?» Yo fui bien claro «Un partido en el que Chacarita haya aprendido de sus errores, no le ceda la iniciativa al rival y sobre todo tenga la pelota». Bueno, tal cual se dio en el cesped.
En una jugada de laboratorio, el goleador Caro Torres empujo la pelota que metió Quiroz pero esta vez no podemos decir que necesitó el gol para tranquilizarse y jugar mejor sino que, a diferencia de otros partidos, ya a los 8 minutos merecía la ventaja.
A lo largo del primer tiempo jugo con la ventaja pero no se puede dejar de destacar las intervenciones de Correa, el arquero que llego con la lupa sobre su cabeza y que hoy es indiscutido por la seguridad que brinda.
El segundo tiempo comenzó con Chacarita otra vez sobre la herida abierta y si bien fue donde paso mayores complicaciones, tuvo en Gimenez (al cual le falta el gol para que se le abra la cabeza) y tras un pase barbaro de Cuello, le tiro un caño bárbaro a Gagliardo y en lugar de sacarse la bronca vio que mejor perfilado para definir venia Pugliese.
Desde allí al final sobro tiempo, pero alcanzó para que Hoyos ( QUE ESTA MUCHO MEJOR ARMADO FISICAMENTE) trabe en el medio, habilite al tanque Rasic que, tras un control FANTÁSTICO, encaro al arquero y le cedió el gol a Astina.
Fue todo fiesta en San Martín, una tarde hermosa, un fútbol que nos gusta y nos representa, hermosa compañía y triunfo ¿Qué más podemos pedir? Solo resta decir. Chacarita, que lindo es verte.